Está demostrado que en ciertas condiciones, los equipos de aire acondicionado y ventilación HAVC pueden ser depósito, amplificador y
diseminador de bacterias, virus y mohos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió en 1982 el “Síndrome del Edificio Enfermo” y en 1985 volvió a reconocer el problema de la Calidad del Aire interior (CAI) y lo definió como: “Conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados”.
Por su parte, la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA) tiene incluida la CAI entre los 5 primeros riesgos ambientales que “pueden perjudicar la salud pública”. Igualmente, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de EEUU (OSHA) reconoce que la CAI es una preocupación genuina para los ocupantes de los edificios porque “impacta en su salud, bienestar, confort y productividad”.
En 2009 la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE) publicó un documento que
indica que “el sistema de HVAC puede propagar virus, incluyendo los coronavirus”. Estos posicionamientos son especialmente importantes en tiempos del Covid19 pero afortunadamente la UV-C es el mejor método de desinfección, el propio Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) apoya actualmente el uso de la UV-C en los sistemas de ventilación mecánica y filtración.