La seguridad alimentaria en frutas y hortalizas frescas es un desafío constante. A pesar de ser esenciales en una dieta saludable, estos productos son altamente vulnerables a la contaminación por patógenos que pueden persistir en superficies de contacto durante la cosecha, manipulación y empaque. Entre ellos, Listeria monocytogenes representa una de las amenazas más serias, especialmente en productos como melones y hojas verdes.
Uno de los factores que amplifica el riesgo es la capacidad de Listeria para sobrevivir por largos periodos en hendiduras, desagües y equipos de manipulación, incluso después de limpiezas rutinarias. Si bien los sanitizantes tradicionales como el cloro han sido herramientas clave, su eficacia depende de la calidad del agua y las condiciones ambientales, además de que pueden dejar residuos no deseados. En este contexto, la energía ultravioleta surge como una alternativa innovadora, sostenible y adaptable a múltiples aplicaciones en la industria hortofrutícola.
Superficies de Contacto y Riesgo de Contaminación Cruzada
Los contenedores plásticos reutilizables —RPCs o bins de cosecha— están entre las superficies de contacto más utilizadas en el sector. Su durabilidad y contribución a la sostenibilidad los convierten en la opción preferida para trasladar y almacenar productos frescos. Sin embargo, su diseño texturizado y su uso frecuente pueden convertirlos en reservorios de patógenos si no se limpian y desinfectan adecuadamente.
La necesidad de una desinfección en estas superficies es crítica para evitar brotes relacionados con contaminación cruzada.
UV: una intervención no química y eficaz
La energía UV, con una longitud de onda germicida de 254 nm, actúa dañando el ADN de los microorganismos e impidiendo su replicación. Entre sus ventajas destacan:
- Eficacia frente a una amplia variedad de patógenos.
- Proceso no térmico y libre de residuos químicos.
- Fácil integración en líneas de empaque existentes.
- Tiempos de tratamiento rápidos y consistentes.
Caso de Estudio: Desinfección de RPCs con UV-C
Un equipo de investigación de Kansas State University evaluó el impacto de la tecnología UVen la reducción de Listeria innocua (organismo sustituto de L. monocytogenes) en RPCs. Para ello se desarrolló un equipo de UV capaz de exponer uniformemente todas las superficies del contenedor, incluso aquellas orientadas en múltiples ángulos.
Los resultados fueron contundentes:
- Reducciones microbianas de ~3 a 3,5 log en solo 90 segundos.
- La orientación del contenedor no influyó significativamente, lo que demuestra que el diseño del túnel proporciona una exposición consistente sin necesidad de modificar la configuración de las líneas de transporte
Este hallazgo posiciona a la tecnología UV como una solución viable para ser integrada o retrofitted en líneas de empaque y lavado existentes.
Implicaciones para la Industria
La energía UV no pretende reemplazar por completo a los sanitizantes tradicionales; más bien, actúa como un complemento altamente eficaz dentro de un enfoque de múltiples barreras. Su naturaleza no química resulta especialmente atractiva para:
- Productores y empacadores que buscan reducir residuos y subproductos químicos.
- Programas orientados a productos orgánicos o con “clean label”.
- Instalaciones interesadas en tecnologías sostenibles y con tiempos mínimos de inactividad.
Además, su aplicación puede ampliarse más allá de los RPCs hacia otras superficies de contacto: bandas transportadoras, cuchillas, mesas de trabajo, herramientas de cosecha e incluso materiales de embalaje.
La responsabilidad de la seguridad alimentaria es compartida entre productores, procesadores y toda la cadena hortícola. Tecnologías como la energía UV representan un avance significativo hacia métodos más sostenibles, prácticos y eficaces para combatir patógenos persistentes.
El estudio presentado demuestra que, cuando se diseña y aplica de forma específica a las necesidades del sector, la energía UV puede integrarse con facilidad a programas existentes, mejorar la inocuidad del producto y fortalecer la confianza del consumidor. Combinada con otros enfoques —como sanitizantes suaves o agitación mecánica—, la solución UV promete ser un aliado clave para enfrentar desafíos complejos como los biofilms y superficies difíciles de desinfectar.