La Gripe aviar lleva más de tres años afectando a Norteamérica y Europa, con consecuencias devastadoras para el sector avícola y un impacto creciente en las industrias láctea y de alimentos para mascotas. Más de 150 millones de aves han sido sacrificadas en esfuerzos por contener la propagación del virus, y aun así la pandemia continúa. Los consumidores ya han visto las repercusiones, como el fuerte aumento en el precio de los huevos tras la despoblación masiva de granjas.
Este escenario exige modernizar las estrategias de gestión sanitaria y considerar tecnologías emergentes como la desinfección ultravioleta (UV), capaz de reforzar programas de prevención y apoyar la remediación tras brotes.
Conociendo al enemigo: el virus de la Gripe aviar
Los virus son omnipresentes y altamente adaptables. En el caso de la Gripe aviar, su impacto se conoce desde 1878 bajo el nombre de “peste aviar”, un patógeno capaz de acabar con parvadas enteras en horas. El virus, al igual que el SARS-CoV-2, es envuelto y puede mutar para cruzar barreras entre especies.
- Los subtipos se clasifican por las proteínas H y N (p. ej., H1N1, H5N1).
- El H5N1, aislado por primera vez en 1996, ha demostrado una capacidad notable de mutación y diseminación global.
- Desde 2021, una nueva variante circula en aves silvestres y se detecta ampliamente en Norteamérica desde 2022.
Aunque es altamente virulento en aves, también ha infectado ganado vacuno y humanos, con mayor riesgo para quienes trabajan en contacto con animales infectados.
¿Cómo se propaga la Gripe aviar?
El virus puede presentarse en formas altamente patógenas o de baja virulencia, alternando entre ellas mediante mutación. Esto facilita su diseminación en aves silvestres, que pueden transportar la infección sin síntomas.
Principales vías de transmisión:
- Contacto directo con animales infectados y secreciones.
- Superficies contaminadas, donde puede sobrevivir hasta 48 horas.
- Temperaturas bajas (4 °C) y humedades moderadas favorecen la persistencia.
- Aerosoles, agua y equipos de manejo son rutas críticas en ambientes agrícolas.
Aunque el riesgo por alimentos es bajo, se han documentado hallazgos del virus en alimentos crudos para mascotas y en huevos (donde puede persistir hasta 17 días si se internaliza)
Contención y medidas tradicionales de control
Los principios básicos de control establecidos por normativas como el Animal Health Protection Act incluyen:
- Restricción de visitantes.
- Protocolos estrictos de bioseguridad para trabajadores.
- Manejo en ciclos “todo dentro, todo fuera”.
- Confinamiento para evitar interacción con fauna silvestre.
- Control de roedores e insectos.
- Desinfección rigurosa y correcta eliminación de desechos.
- Monitoreo continuo de la salud del parvado.
Cuando se detecta un brote, las acciones incluyen:
- Delimitación de zonas de exclusión (10 km).
- Restricciones de movimiento.
- Uso obligatorio de EPP (mascarilla, guantes, overoles, cubre botas).
- Desinfección de vehículos y equipos.
- Sacrificio controlado de aves y eliminación mediante compostaje, enterramiento, incineración o rendering.
Tras la limpieza inicial, las granjas permanecen en cuarentena 21 días, aplicando múltiples ciclos de lavado, desinfección y verificación mediante inspección visual y lecturas ATP.
El papel de la energía ultravioleta
Históricamente, el manejo de brotes se ha basado en medidas tradicionales. Sin embargo, los avances tecnológicos abren nuevas oportunidades. La energía ultravioleta, UV, ofrece un método de desinfección químico-libre, rápido y efectivo frente a virus como la Gripe aviar.
Su potencial se extiende a tres áreas clave: prevención, gestión del riesgo y remediación
- Prevención: reducir la carga viral en aire, agua y superficies
El virus se transmite principalmente por secreciones y aerosoles, lo que convierte el aire, el agua y las superficies en puntos críticos.
Tecnologías UV :
- Sistemas UV para aire y agua
- Cámaras cerradas para desinfección de botas, cajas, herramientas o vehículos con UV controlado.
- Gestión del riesgo: contención durante brotes
Cuando el virus está presente en la zona:
- El uso de EPP aumenta, y su desinfección UV antes del descarte o reutilización puede agregar una barrera adicional.
- Los desechos líquidos pueden tratarse mediante UV en sistemas de aguas residuales.
- Objetos y herramientas expuestas pueden ser sometidos a cámaras UV para minimizar diseminación.
- Remediación: reducir tiempos de inactividad tras un brote
La rehabilitación de un establo puede tardar meses. Los desafíos incluyen:
- Desinfectar superficies amplias y con zonas de sombra.
- Alcanzar niveles de sanitización que permitan repoblar antes del periodo estándar de 21 días.
Las tecnologías UV pueden ayudar:
- Sistemas UV de gran superficie
- UV-C con ozono muestra resultados prometedores para inactivar Gripe aviar en superficies
La Gripe aviar continuará siendo un desafío para los sistemas de producción animal debido a la magnitud de las granjas y la facilidad de propagación del virus. La detección temprana y las medidas tradicionales siguen siendo fundamentales, pero la modernización mediante tecnologías avanzadas —incluidas diversas plataformas UV— es esencial para evitar futuras crisis sanitarias.
Los sistemas UV no son una solución única, pero sí un pilar complementario que puede fortalecer la prevención, controlar brotes y acelerar la recuperación de instalaciones afectadas. El reto ahora recae en la industria y los reguladores para integrar estas herramientas de manera más amplia y estratégica.